CERYA | José Benitez #2505, Obispado, Monterrey, Nuevo León.

Tipos de Hernias

Las hernias, aunque la mayoría se producen por el mismo mecanismo de acción , tienen diferentes nombres y se las trata diferente según el lugar del cuerpo en el que se encuentren. Existen numerosas formas de clasificar las hernias.

Diferentes Tipos de hernias

Hernia inguinal y crural: Son las hernias más frecuentes y se localizan en la región de la ingle. Las inguinales son más frecuentes en el varón y a veces descienden hacia el testículo mientras que las crurales lo son en la mujer y parecen ganglios en la ingle. En algún caso pueden estrangularse.

Hernias umbilicales y epigástricas: Son muy frecuentes y, como su nombre indica, aparecen en el ombligo o por encima de él. Casi siempre su aparición se relaciona o con un embarazo o con un aumento de peso.

Eventraciones: Son las hernias que aparecen en la cicatriz de antiguas operaciones y que en la mayoría de los casos se han producido por una mala cicatrización en la primera intervención debido a sangrado, absceso o esfuerzos no controlados que han provocado un cierre deficiente.

Hernias Femorales: Éstos ocurren debajo del ligamento inguinal, cuando el contenido herniario resalta a través de un sitio débil en la pared trasera del canal femoral. Éstos pueden ser difíciles de distinguir de hernias inguinales, pero tienden a ser redondeados y mas comunes entre hembras que hombres.

Otras hernias: Existen otros tipos de hernias, mucho menos frecuentes, como las pararrectales o de Spiegel o las hernias lumbares.

¿Qué causa una hernia?

Usualmente no hay ninguna razón obvia para una hernia, con excepción de una hernia incisional, siendo esta en si una complicación de una cirugía abdominal. El riesgo de desarrollar una hernia se incrementa con la edad y es más común en hombres que en mujeres.

Ciertas actividades y problemas médicos aumentan la presión en la pared abdominal y pueden conducir a una hernia, entre estos se encuentran:

Esfuerzos al momento de defecar, como consecuencia de un estreñimiento a largo plazo.
Tos a largo plazo.
Fibrosis quística.
Agrandamiento de la próstata.
Esfuerzo al orinar.
Sobrepeso u obesidad.
Líquido abdominal.
Levantar objetos pesados.
Testículos no descendidos.
Esfuerzo físico.